CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La creación del Tren Maya ha arrojado el hallazgo de miles de monumentos arqueológicos, pero ha provocado al mismo tiempo la pérdida, destrucción y saqueo de un número indeterminado de bienes por parte de las empresas constructoras y sus trabajadores, compañías turísticas e inmobiliarias, e incluso pobladores que para vender sus parcelas prefieren dejarlas sin vestigios.
Estos hechos resumen un balance que el doctor en antropología social Juan Manuel Sandoval Palacios ofrece a Proceso, dentro del trabajo “Espacios globales para la expansión del capital transnacional en el continente americano”, y del Sistema Institucional de Proyectos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
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