Decenas de auditorías de la ASF y el OIC revisadas por Proceso documentan la desastrosa operación del Insabi en sus tres años de existencia: problemas en la coordinación de servicios de salud en los estados, caos en la adquisición y distribución de los medicamentos, adjudicaciones directas injustificadas, ausencia de documentos justificativos… Ante el cúmulo de irregularidades y desatinos, era previsible el fracaso en las dos principales misiones que le fueron asignadas: instaurar un sistema universal de salud, y adquirir y distribuir los medicamentos que los hospitales del país necesitan.
Ciudad de México (Proceso).– Apenas tres años después de nacer, el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) se encuentra en fase terminal. El flamante instituto fracasó en las dos misiones que el presidente Andrés Manuel López Obrador le había asignado: no logró instaurar un sistema universal de salud, y tampoco pudo adquirir y distribuir los medicamentos que necesitan los hospitales y centros de salud en el país, generando graves situaciones de desabasto.
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