SAN GABRIEL, Jal. (Proceso).- Sofía aún recuerda con detalle lo que sucedió el 2 de junio de 2019, alrededor de las 17:00 horas, cuando iba a llegar a un supermercado junto al río Salsipuedes: “Empecé a sentir que vibraba el piso; pensé que estaba temblando, pero no sentía que se viniera más fuerte la sacudida y dije: ‘Algo está raro’. Me asomé a los corredores del supermercado y no había nadie”.
Miró hacia la calle y vio una corriente de agua con lodo y troncos quemados. Corrió a la esquina. Su sorpresa fue que el arroyo había crecido a tal grado que arrastraba camionetas, un camión de volteo que iba pasando por arriba del puente y hasta un pirul longevo. “Los cables de la luz estaban cayendo y no hallaba a qué casa meterme; decidí correr a la otra esquina”, relata.
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