CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El empresario Javier Joaquín López Casarín, operador y mano derecha de Marcelo Ebrard Casaubon, ejerce un poder fáctico dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE): sin ser servidor público ni diplomático, tuvo interlocución en el más alto nivel con el gobierno de Donald Trump, gozó de un pasaporte diplomático, ha realizado misiones en nombre del canciller y, durante por lo menos tres años, tuvo como empleado al actual oficial mayor de la dependencia.
En la última década este personaje amasó una fortuna en contratos con gobiernos estatales, militó en la corriente Movimiento Progresista de Ebrard en el PRD, fue prófugo de la justicia e incluso pasó una noche en el penal de Topo Chico por un fraude millonario perpetrado en perjuicio de 26 mil 500 maestros de Nuevo León, con 23 carpetas de investigación vigentes.
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