José Tomás:  a por el oro…

Leonardo Páez

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El empresariado taurino en el mundo, con España a la cabeza y lineamientos provechosos para sus figuras pero poco acertados para el impulso de la fiesta de toros en el resto de los países –Francia, México, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela, pues la fiesta de toros en Portugal tiene otro concepto–, sigue instalado en las imposiciones y el ventajismo, al grado de ignorar un principio tan elemental como el de ofrecer productos humanos competitivos y animales con bravura a cambio de lo que cobra al público que, todavía, posibilita el negocio.



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