Jóvenes Saboteando el Futuro

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Parecía tan promisorio, tan oportuno, tan necesario. Un programa para proveer de oportunidades a los jóvenes que no estudian ni trabajan. Una iniciativa para atender a los ignorados y propulsarlos. Así nació “Jóvenes Construyendo el Futuro” y así fue aplaudido por quienes comprenden la deuda del Estado con quienes son el porvenir del país. Después de años de negligencia, animaba ver el esfuerzo y el entusiasmo y el liderazgo de Luisa María Alcalde y la Secretaría del Trabajo. Pero lamentablemente, los primeros cortes de caja no son promisorios ni generan motivos para celebrar. Uno de los proyectos emblemáticos del nuevo gobierno presenta serias fallas que deberían ser corregidas. No está construyendo; está engañando.

Las irregularidades son múltiples y los cuestionamientos también. Así lo exhibe el informe de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que a partir de los datos disponibles pregunta: “¿Cuántos son, dónde están, qué hacen?”. Y las respuestas evidencian lo que ocurre cuando un programa está mal diseñando y mal instrumentando; lo que pasa cuando las buenas intenciones no son acompañadas de las mejores prácticas en el ámbito de la política social. Para empezar, “Jóvenes Construyendo el Futuro” tiene un padrón inverosímil, poco creíble. Un padrón de becarios y Centros de Trabajo que creció a ritmo constante todos los días, sin importar fines de semana, días festivos o vacaciones, hasta que cerró. Un padrón en el que prácticamente se inscribió la misma proporción de hombres y mujeres, de niveles educativos y de edades. Y por ello, la información contenida ahí es estadísticamente improbable. Alguien está inventando.



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