LOS CABOS, BCS (proceso).– A las 10 de la mañana del 23 de junio de 1994 era la cita con Juan Gabriel en la suite presidencial del Western Regina, un nuevo y flamante hotelazo cuya propiedad, según rumores, pertenecía al expresidente Carlos Salinas de Gortari, frente al Mar de Cortés.
A las 9 y media salí a la playa para revisar los apuntes que preparé la noche anterior con versos de las letras de la oncena de canciones de su reciente álbum Gracias por esperar (BMG/Ariola), tras ocho años de no grabar. Como presagio celeste a mi entrevista con El divo de Juárez interpreté aquel anillo colorido, circundando el sol sudcaliforniano de verano, y una vez que su ayudante caradura me abrió la puerta de la alta habitación en el edificio lujoso diseñado por el arquitecto Javier Sordo Madaleno, coloqué mi grabadorcita de microcasét sobre una mesa de la amplia estancia.
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