CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Antes de morir Juan Gabriel ya era un mito que todos conocían, pero al dejar la vida se convirtió en una leyenda popular que irá creciendo con el paso de los años para no desaparecer nunca. Así se cumple la máxima que para ser leyenda y vivir en la memoria hay que morir.
En Parácuaro, Michoacán, donde nació, la entrada de la casa familiar tiene un anuncio que dice “Juangacuaro” para identificar el mismísimo lugar donde nació Alberto Aguilera y donde vivió con su numerosa familia de nueve hermanos.
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