La agonía del Estado

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Los Estados, construcciones humanas, son, como sus propios creadores, finitos. El nuestro, que nunca ha gozado de buena salud, ha entrado en una fase terminal, si entendemos su existencia con las categorías de sus teóricos: un conjunto de instituciones que poseen la autoridad y la potestad de establecer normas que regulan la vida del cuerpo social.

México hoy carece de ello. Sus instituciones son cascarones vacíos que operan con el mínimo de sus funciones vitales. Todo lo demás está dañado, corrompido, esclerotizado. La enfermedad es mundial, pero la de nuestro país está muy avanzada.



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