LA APESTOSA CORRUPCIÓN DEL PAN

MEXICO, DF, 18 de noviembre (apro).- “Ya me quemaron, ahora me voy a hacer millonario”, les dijo Germán Martínez a varios senadores tras renunciar a la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), humillado por la derrota de 2009, y luego se ganó el mote de “Adela micha”, porque pedía la mitad de los recursos que gestionaba ante el gobierno y por adelantado.
No dispongo, por ahora, de pruebas para asegurar que Germán Martínez era –o es– un coyote más que trafica con influencias, pero es indudable que es uno de los nuevos ricos del PAN: De no tener ni casa propia al inicio del sexenio de Felipe Calderón, de pronto compró una de 16 millones 200 mil pesos.


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