MADRID, (proceso).- El formulario que aplicaba la censura en los años de hierro de la dictadura de Francisco Franco nunca cambió: “¿Ataca el dogma? ¿A la moral? ¿A la Iglesia o sus ministros? ¿Al régimen y a sus instituciones? ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el régimen? ¿Los pasajes censurables califican el contenido total de la obra?”
Éstas eran las preguntas a las que debían dar respuesta en sus informes los funcionarios de la Dirección General de Propaganda y de la Dirección General de Cultura Popular del Ministerio de Información y Turismo, quienes revisaban toda publicación que circulara en España durante la Guerra Civil y hasta 1976, un año después de la muerte del dictador.
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