CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el segundo día de su presentación del documento Manifiesto México –siete demandas, desdobladas en 20 temas específicos, para planteárselas a los candidatos presidenciales–, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) tuvo un día atípico, en el que “según el sapo fue la pedrada”.
A un cansado, y aún más lento al hablar, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, lo trataron con tersura, con mucho cuidado de no molestarlo con alguna pregunta que lo incomodara y que lo llevara a confrontarlo otra vez con los empresarios. Lo dejaron hablar y decir y repetir sus propuestas, muchas de ellas totalmente contrarias a las que la propia Coparmex ha hecho públicas y plasmado en su Manifiesto México.
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