CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El lugar donde el pasado lunes 4 fueron emboscados y asesinados niños y mujeres de las familias LeBarón y Langford está en una histórica zona de influencia de Rafael Caro Quintero. Actualmente, según reportes de inteligencia de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), el Cártel de Sinaloa controla desde ahí el envío de enervantes a Phoenix, Arizona, a fin de distribuirlos en el mercado estadunidense.
Desde hace tiempo los cárteles de Juárez y de Sinaloa –este último mediante Los Salazar– se disputan el control de esta franja entre los estados de Sonora y Chihuahua. En los últimos cuatro meses sicarios de uno y otro bando incendiaron varias casas con niños adentro, emboscaron a grupos de policías y se mataron entre ellos, aunque las autoridades federales de seguridad afirmen que no sabían nada.
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