CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Después de tres semanas de una campaña insípida, al frente de una alianza partidaria sin identidad, carente de un mensaje contundente y con su riqueza bajo sospecha, el panista Ricardo Anaya inicia la tercera semana de campaña electoral con un único objetivo: contrastar sólo con Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia de polarización de Anaya, según él y su equipo, pretende consolidar su posición como el único de los candidatos que puede vencer a López Obrador llamando al “voto útil”, pero también reactivando la interlocución con el presidente Enrique Peña Nieto para eventualmente pactar una convergencia ante el hundimiento del priista José Antonio Meade.
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