CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la sala de la modesta casa en la que vive la familia Fernández Sánchez, en el Estado de México, cuelga una foto de Adán Fernández Sánchez, estudiante de la FES Acatlán, ensangrentado, con la boca abierta porque le dislocaron la mandíbula y el ojo derecho completamente cerrado por los golpes que recibió de un grupo de encapuchados, que entró a la universidad para desalojar dos espacios que permanecían tomados por estudiantes.
“Libertad para Kubo. Adán Fdz, detenido 5 de noviembre tras ser torturado en la FES Acatlán. Haz Valer Mis derechos”, dice el cartel pegado en la pared, que acompaña la foto de la brutal golpiza.
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