La Iglesia cómplice

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde hace una década, cuando la violencia se desbordó en todo el país, la Iglesia católica ha sido mera espectadora.
Desde entonces los más de 150 mil muertos, los más de 10 mil, 15 mil o 20 mil desaparecidos, los desplazados, los cementerios clandestinos que emergen en todo el suelo mexicano y un largo catálogo de otras violaciones graves a los derechos humanos han sido insuficientes para la impávida jerarquía católica mexicana.


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