CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Inicia 2019 y hay ya temas de interés público en el ámbito judicial sobre los cuales conversar. Tras la elección del ministro Arturo Zaldívar como representante de la Suprema Corte, mi firme intención era dedicar esta primera opinión a resaltar las líneas generales de trabajo 2019-2022 que presentó previo a convertirse en su nuevo presidente, pues si logra convencer al resto de sus colegas en el máximo Tribunal de avanzar en una misma dirección, es posible que dentro de cuatro años se haya logrado una transformación radical en el Poder Judicial de la Federación.
Una que convierta a cada juzgado y tribunal de amparo en sólidos, constantes y confiables garantes de nuestros derechos humanos. Un ejército de instancias judiciales dispuestas a defender a las personas frente a quienes ejercen el poder y con el único compromiso de acatar la Constitución y tratados internacionales que ofrezcan la mayor protección posible a la población. Tribunales al servicio de la gente merecedores de todas las garantías institucionales para ser independientes.
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