MADRID, 20 de agosto (proceso).- Benedicto XVI aprovechó la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) “””que reunió en esta ciudad a más de un millón de peregrinos de 193 países””” para reforzar su cruzada contra el “laicismo agresivo” de España, antes “reserva espiritual de Occidente”. En opinión de la jerarquía católica esta secularización de la sociedad española contagiará al resto de Europa y América Latina.
Por eso Benedicto XVI no perdió tiempo: el mediodía del jueves 18, apenas bajó del avión que lo trasladó de Roma, pidió a los jóvenes que no se avergüencen “del señor”. “Es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a mantenerse firmes en la fe y asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida”.
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