La nueva poda del capitalismo

MEXICO, DF, (apro).- El capitalismo es un sistema que no sólo admite interrupciones de sus ciclos sino que las necesita. El fluido del capital no es lineal como se supondría desde un estudio superficial sino que, aunque la acumulación tiene una ley general propia, su proceso carece de un tracto sucesivo. Los cambios en el proceso económico-técnico son los elementos que le brindan al capitalismo su vitalidad, sin ellos caería por sí mismo, lo cual podría ocurrir sólo en un extremo histórico. El hecho concreto es que hoy en día el capitalismo está dando a luz a algo nuevo en su propio proceso de acumulación. Esto lleva a la crisis.

El alto crecimiento del producto en algunos países llamados emergentes se debió a su doble capacidad de captación de inversión extranjera para la producción industrial manufacturera y a su gran capacidad de producción y consumo de bienes primarios y de energéticos. Por ello, en la lista ha estado primero China pero también Brasil junto con otros pocos países de crecimiento extraordinario. Mientras, el estancamiento de las economías europeas se ha debido a una composición orgánica de capital demasiado alta, en el cual el capital constante (así llamado en economía política) tiene un peso muy grande, pues los insumos industriales se apreciaron en las últimas décadas empezando por los energéticos. Ahora, como respuesta, las materias primas (incluyendo alimentos) van a la baja, por lo que los productores van a la ruina relativa y los países consumidores van a financiar de tal forma su capital variable (salarios) y a sufragar una parte de su capital constante. En consecuencia, Europa se está recuperando al igual que Estados Unidos pero China y Brasil, junto con otros, reducen su ritmo de expansión.



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