CIUDAD DE MEXICO (proceso).- A finales de 2008, en un modesto restaurante de Puerto Morelos, sitio cercano a la zona turística de Cancún, se reunieron los hijos del magnate inmobiliario Donald Trump, Donald Jr. e Ivanka, con representantes legales de la empresa Mayaland, del yucateco Fernando Barbachano Herrero, y el entonces alcalde panista de Cozumel, Gustavo Ortega Joaquín.
Era la reunión definitiva para negociar con el presidente municipal el cambio de uso de suelo para una zona de 12 kilómetros de playa, en el norte de la isla caribeña, y que destrabara los trámites para el desarrollo de Punta Arrecifes Resort, un proyecto que pretendía convertir a Cozumel en un destino de turismo de lujo.
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