MADRID (proceso).- La industria armamentística y de seguridad en Europa es la gran beneficiada por la crisis de los refugiados. El sector provee de arsenales y equipamiento militar a los países de Oriente Medio y África del Norte, regiones convulsas de las que huyen millones de sus ciudadanos y, luego, a través de su grupo de presión, la Organización Europea para la Seguridad (EOS), influye para que la Unión Europea (UE) refuerce el control de sus fronteras, convirtiéndose así en el gran contratista del amurallamiento europeo.
Un negocio redondo.
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