CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Indudablemente el presidente tiene posturas desacertadas acerca de la violencia de género y el feminismo, a los que, además, suele referirse con muy desafortunadas declaraciones. No abundaré aquí sobre mis discrepancias con esas y otras cuestiones de su política. Tampoco me interesa salir en su defensa. Aunque sus posturas me preocupan mucho, pues reflejan ciertas inconsistencias de la 4T como un proyecto de izquierda democrática radical; lo que me interesa criticar en estas páginas es la narrativa que circula acerca de una confrontación entre AMLO y las feministas.
Esa narrativa tiene dos vertientes: por un lado, oculta o niega una realidad compleja –hay feministas con AMLO, feministas contra AMLO y feministas indecisas y ambivalentes (ni con él ni contra él)–, y por el otro es utilizada por operadores y difusores de distintos grupos políticos para atacar a AMLO y a la 4T, y para ello falsean o deforman la postura crítica del feminismo.
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