LAS MALVINAS: LA REPRESIÓN INTERNA DEL EJÉRCITO ARGENTINO

Francisco Olaso y Juan José Subirá

Buenos Aires, 1 de mayo (apro).- “Nos llevaba hasta un lago que se congelaba de noche por las bajas temperaturas y nos hacía romper esa capa de hielo, a patadas o con el fusil mismo, y ahí nos hacía poner cinco minutos las manos en el agua helada. Bueno, yo, por ser judío, tenía que ponerlas diez minutos. Y si se me acalambraban las manos, me hacía poner la cabeza”, cuenta a Apro Silvio Katz, excombatiente de la guerra de Malvinas.


Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí