Las primeras damas azules

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los dos presidentes panistas que ha tenido el país, Vicente Fox y Felipe Calderón, han dejado una herencia de la que poco se habla. En ambos casos sus esposas han pretendido sustituir a sus conyugues en la silla presidencial sin mayores méritos políticos o de liderazgo que haber ocupado el puesto de primera dama donde quedaron encantadas por las mieles del poder.

Ni Marta Sahagún ni Margarita Zavala llegaron a Los Pinos por méritos propios sino por una circunstancia política ajena a sus capacidades políticas o de gobierno. Tampoco ninguna de ellas fue elegida por voto directo para cargos de elección popular. Aunque Zavala ocupó un espacio legislativo fue a través de la vía plurinominal, es decir, por una negociación dentro de su propio partido y no por el sufragio.



Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí