CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Se necesita tener mucha seguridad en sí, o bien, poseer el cinismo suficiente para declarar que aquellas publicaciones que ponen en evidencia corrupción, malos manejos, desórdenes administrativos y conductas que plantean indicios de ilegalidad, son exclusivamente consecuencia de que el nombre vende.
Así, como si fuera una marca, fue la defensa de la titular Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Rosario Robles Berlanga, cuando reaccionó a la más reciente revelación por desvío de recursos que el diario Reforma publicó el pasado martes 11 y que implica el envío a domicilios particulares de 700 millones de pesos en efectivo.
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