CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Orwell lo escribió y resuena con fuerza en estos tiempos, en el país y en el mundo: “si la libertad significa algo, significa el derecho a decir lo que algunos no quieren escuchar”. Y Humberto Moreira no quiere escuchar lo que se dice, se publica, se repite y se comparte sobre él. Que endeudó y corrompió y mal gobernó a su estado. Que sobre él se ciernen las sospechas de colusión con el crimen organizado y cómo permitió su fortalecimiento en Coahuila.
Que fue arrestado en España y dejado en libertad en México. Cuidado, acompañando, protegido por una clase política unida en la omertá, el pacto del silencio, el pacto de la impunidad. Ese pacto perverso que Sergio Aguayo intentó romper escribiendo sobre Moreira y denunciándolo. Ese pacto perdurable con el cual un juez de la Ciudad de México condena al académico a pagar 10 millones de pesos por “daño moral”.
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