MILÁN, 8 de octubre (proceso).- Las mujeres asedian a Silvio Berlusconi: decenas de ellas “””todas jóvenes y hermosas”””no desean otra cosa que estar junto a él, seguirlo a donde el diga o al menos ser invitadas a alguno de los festejos que el gobernante organiza a la menor provocación, pues saben que en esas reuniones todo puede empezar para ellas.
Al menos eso es lo que piensa el primer ministro italiano.
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