CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Hace un par de meses el mundo del ajedrez se volvió popular, pero no por las partidas brillantes de algún jugador, sino porque el Campeón del Mundo, Magnus Carlsen, acusó formalmente de tramposo a un joven Gran Maestro estadounidense, Hans Niemann. Por alguna razón el mejor jugador del planeta estaba ya fastidiado con enfrentar a un ajedrecista con mala fama y entonces se negó a jugar contra el sospechoso de hacer trampas. Esto movió a todo el mundo del ajedrez, pero más aún cuando en una partida rápida, en línea, Carlsen simplemente abandonó el encuentro en la jugada 2 contra el estadounidense Niemann.
Pasaron algunas semanas y de pronto una nueva bomba cayó en el tablero escaqueado. Era ahora Niemann quien demandaba legalmente a Magnus Carlsen, a Hikaru Nakamura y al sitio Chess.com, de difamarlo porque, a decir de sus dichos, él no había hecho trampa en partidas de torneos presenciales. La demanda de Niemann es de unos 100 millones de dólares al menos. Sin embargo, Hans Niemann tiene cola que le pisen, porque ya había él aceptado que había hecho trampa en los torneos en línea.
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