Raúl Ochoa y Beatriz Pereyra
MÉXICO, D.F., 28 de marzo (proceso).- El fallecimiento del Hijo del Perro Aguayo, el sábado 21 en Tijuana, mostró el mayor riesgo que enfrentan los luchadores mexicanos “la muerte”, pero también evidenció la realidad cotidiana que padecen: lesiones, enfermedades, secuelas de por vida, abandono, explotación y miseria.
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