Javier Sicilia
MEXICO, DF, 7 de junio (proceso).- “Abril “escribió T.S. Eliot en ese terrible poema, Tierra baldía, que en 1922 anunciaba los horrores del siglo XX” es el mes más cruel”. En el México del siglo XXI la crueldad de ese abril se ha vuelto la de cada mes y cada día. La nomenclatura de los asesinados, de los desaparecidos, de los desplazados, se ha ido convirtiendo en un lugar común enterrado bajo “la tierra muerta” de las abstracciones, la contabilidad estadística y las reformas estructurales. De cuando en cuando, uno o dos asesinatos sacuden la conciencia y, como dice Eliot, “engendran lilas” del fondo de esa tierra inhóspita que nos recuerdan el horror, la deuda de un Estado que ha abdicado de su razón de ser y que, bajo el travestismo de discursos regeneradores, no deja de servir al crimen de los grandes capitales, sean legales o ilegales.
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