CIUDAD DE MEXICO (proceso).- En 1990 México, Estados Unidos y Canadá anunciaron su decisión de iniciar pláticas formales, al año siguiente, para establecer un tratado de libre comercio, que a la postre sería una renovación y complemento del acuerdo que desde hacía años tenían los dos segundos.
México, encabezado por un reformador e hiperactivo presidente Carlos Salinas de Gortari –que devendría, por muchas razones, en uno de los mandatarios más denostados en la historia del país–, no se quería quedar fuera del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se convertiría en una poderosa región comercial, económica y financiera.
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