ROMA (apro).- “Es como si viviéramos en una isla feliz en medio de un mar en tormenta”, escribió en una carta abierta Giovanni Fassina, alcalde de Ferrera Erbognone, un pueblo de mil 200 habitantes incrustado en Lombardía, la región italiana que hoy tiene más de la mitad de los 17 mil 600 muertos por covid-19 en el país.
¿La razón de la metáfora? Pese a estar rodeados de zonas con altas tasas de contagios, “aquí el coronavirus no ha llegado, nadie se ha enfermado”, explicó Fassina, cuya comunidad se sitúa a menos de cien kilómetros de Codogno, uno de los dos epicentros lombardos de contagio masivo en esta región italiana. Por eso “quisiéramos que estudien nuestro caso”, añadió el alcalde y médico forense.
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