Pablo Giuliano
SAO PAULO, 11 de agosto (proceso).- La derecha brasileña, en la oposición, se frota las manos ante la perspectiva de que la figura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva quede manchada. La izquierda observa una conspiración que apunta a ensuciar con denuncias lo que la derecha no puede ganar en las urnas desde 2003.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí