MONTERREY, N. L., (apro).- La temática de la rebelión de las máquinas contra sus creadores ha sido una inquietud permanente de la ficción. En la tradición antigua de los androides serviciales, que toman consciencia y luego evidencian trastornos de conducta, M3gan (M3gan, 2021) es una versión moderna de Frankenstein, con añadidos juveniles y actuales, en la época de los gadgets y la hiperconectividad, que permite la difusión visual de cualquier evento mientras ocurre.
Igual que en Ex Machina (2014), de Garland, y los textos de Isaac Asimov, M3gan (Amie Donald) está aquí para ayudar al humano a mejora su calidad de vida, al acompañarlo cuando lo necesite. Sin embargo, como nadie ha conocido, en la vida real un robot que haga funciones de humano, las posibilidades sobre lo que puede salir mal se multiplican exponencialmente.
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