MÉXICO, DF (apro).- El 2015 fue para el jefe de gobierno del Distrito Federal Miguel Ángel Mancera un año de marcados contrastes: sufrió la más profunda crisis política de las administraciones capitalinas y la seguridad que tanto presume se vio vulnerada por varios frentes; además, la ciudadanía se impuso ante proyectos de su administración, pero hacia el final logró dar pasos de sobrevivencia con miras a sus intenciones presidenciales en el 2018.
El resultado de las elecciones del pasado 7 de junio fue el golpe político más duro que ningún jefe de gobierno capitalino había sufrido desde 1997. El PRD, en alianza con el PT y Movimiento Ciudadano –acuerdo partidista que llevó a Mancera Espinosa a ganar las elecciones con 63.56% de las preferencias electorales– se desplomó en el DF.
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