CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Manuel trabajaba sin ningún problema como técnico-químico en una empresa farmacéutica en esta capital. Su desempeño tenía un nivel satisfactorio hasta que sus jefes revisaron su expediente y se enteraron que vivía con VIH.
De inmediato, ordenaron su reubicación en un área administrativa que nada tenía que ver con su experiencia profesional. Le dijeron que el cambio era temporal, pero los meses pasaron y seguía en el mismo lugar.
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