CIUDAD DE MÉXICO (apro).–El viernes 18 de noviembre el sargento Hugo Sánchez León llevaba una pala de metal, de las que se usan en las obras en construcción, llena de basura. Entró al alojamiento 17-A de la Prisión Militar del Campo Militar 1-A y fue hasta el dormitorio del capitán de fragata Raúl Sánchez Labrada, para sacudir la pala y regar la basura por todos lados.
Cuando se retiraba, el capitán, que leía un libro en su celda, salió a reclamarle por el tiradero.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí