Mario Molina supo llevar sus creencias religiosas al ámbito científico: CEM

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó el fallecimiento de Mario Molina, premio Nobel de Química 1995, resaltando el haber promovido el diálogo entre la fe y la ciencia desde la Pontificia Academia de las Ciencias, institución a la que perteneció el científico desde el año 2000.

A través de un comunicado, este organismo que aglutina a la jerarquía católica del país, agregó que el Nobel mexicano fue promotor de un “desarrollo humano, integral, solidario y sustentable, de acuerdo a las enseñanzas del Papa Emérito Benedicto XVI, expuestas en Cáritas in veritate, y en la encíclica social del Santo Padre Francisco, Laudato Si”.



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