CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Mientras los científicos de la NASA siguen enviando sondas espaciales equipadas con micrófonos para saber cómo suenan los planetas y el cosmos, los paisajes sonoros que emana la Ciudad de México han fascinado los oídos y el sentir musical de Mario Mota Martínez, desde hace casi medio siglo.
Nació en la colonia Obrera y en la primaria tocaba el clarín de la banda de guerra escolar. Recuerda que uno de sus amigos de charlas literarias en la secundaria Cristóbal Colón fue Tomás Domínguez (editor en la revista Proceso), hoy colega suyo en Radio Educación. Armó el grupo musical Los Tacos y Las Tortillas en la Voca 3 con su compañero Armando Vega-Gil (futuro integrante de Botellita de Jerez, quien se suicidó en 2019).
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