CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace cuatro años, cuando inició su gobierno, Enrique Peña Nieto dijo que la violencia llegaría a su fin durante su administración. Auguró la paz y la tranquilidad para el país, así como prosperidad y bienestar con las reformas estratégicas, principalmente la energética, que impulsaría en el Poder Legislativo. De esta manera logró inicialmente un efecto de ilusión y de percepción a su favor, aunque detrás de estas promesas lo que en realidad estaba usando era la mentira como recurso para gobernar.
A los dos primeros años de gobierno la realidad mostró que Peña Nieto había mentido en todo lo que ofreció. Las reformas energética, hacendaria, educativa, laboral, principalmente, fueron aprobadas pero ninguna de ellas tuvo algún efecto positivo en la población.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí