Por los gastos para combatir la violencia generada por el tráfico de armas, el gobierno mexicano acusó a los fabricantes de armas de ser cómplices indirectos de la delincuencia organizada.
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Por los gastos para combatir la violencia generada por el tráfico de armas, el gobierno mexicano acusó a los fabricantes de armas de ser cómplices indirectos de la delincuencia organizada.