“Mi mafia en el poder”

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- ¿No habían prometido la separación entre el poder político y el poder económico? ¿No iban a desmantelar la mafia en el poder? ¿No iban a ir tras quienes han expoliado a México con la complicidad y la anuencia del gobierno? Esas eran las promesas de AMLO que muchos creyeron. Esas eran las posturas de la Cuarta Transformación por las que muchas votaron. Y por ello el desconcierto de tantos ante la decisión de empoderar, arropar y darle más negocios a Ricardo Salinas Pliego. Sí, el que se apropió ilegalmente del Cerro del Chiquihuite y el Canal 40. Sí, el demandado en Estados Unidos por las autoridades financieras ante el incumplimiento de sus obligaciones con accionistas minoritarios. Sí, el que recibió un préstamo de Raúl Salinas de Gortari para comprar Televisión Azteca. El miembro más emblemático del capitalismo de cuates que AMLO se comprometió a combatir.

Pero en lugar de ser investigado será encumbrado. En vez de ser acotado, será apuntalado. Es miembro del Consejo Asesor empresarial del nuevo gobierno que usará para abrirse nuevas oportunidades de negocios. Estará acompañado ahí por otros –como Olegario Vázquez Raña y Carlos Hank Rhon– conocidos por sus prácticas rentistas y oligopólicas. Ahora, por “invitación directa y sin contrato de por medio”, AMLO ha decidido que Banco Azteca sea el encargado de repartir las Tarjetas del Bienestar. Así nada más. Sin licitación transparente. Sin concurso público. Sin aval normativo, ya que esa asignación discrecional no es un mecanismo legal, por más que la Secretaría de Hacienda argumente que “no hay licitación porque los contratos de servicios financieros no están sujetos a la ley de adquisiciones”. La SHCP abusa al interpretar la legislación de esa manera. En efecto, para el pago de la nómina de los servidores públicos no se licita para elegir un banco; los usuarios deciden en qué banco se deposita su sueldo. Tienen la opción de elegir, como deberían tenerla en este caso. La decisión de darle el contrato a Banco Azteca es un decisión política y discrecional, y de esa manera debería interpretarse.



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