Negocios turbios y tráfico de influencias, el sello en la SCT

CIUDAD DE MEXICO (proceso).- A Gerardo Ruiz Esparza, hombre de los grandes negocios con el corporativo español OHL, Grupo Higa, la familia San Román y las empresas Aldesa, Gutsa, Altán y Alstom, nadie lo mueve.

Pese a sus errores, los escandalosos sobreprecios en decenas de licitaciones que ha organizado, las evidencias de presunta corrupción en su trayectoria profesional, sus declaraciones ante los accidentes trágicos como el del miércoles 12 en el Paso Exprés de Cuernavaca, sigue al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) –a la cual llegó el 1 de diciembre de 2012–, apoyado por el presidente Enrique Peña Nieto.



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