CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “No puedo ni quiero disculparme por un crimen que cometió otro, pero volveré por justicia, pueden contar con ello”, dijo el mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, antes de ser ejecutado con inyección letal en una cárcel de Texas el miércoles pasado por el secuestro, violación y asesinato de su prima Mayra Laguna, de 16 años, en 1997.
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