La extradición de 29 capos mexicanos de la droga a Estados Unidos el jueves pasado constituye un “punto de quiebre” definitivo de la presidenta Claudia Sheinbaum con la política de seguridad de “abrazos, no balazos” de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, plantean expertos en crimen organizado consultados por Proceso.
El coordinador del Programa de Seguridad de México Evalúa, Armando Vargas, señala que si bien las extradiciones responden “en buena medida” a las presiones del mandatario estadunidense Donald Trump sobre Sheinbaum, varias acciones —los operativos contra grupos criminales, el aumento de capturas y los megadecomisos de droga— ya indicaban que los “abrazos, no balazos” pasaron a la historia.
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