CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con la designación de Álvaro Augusto Pérez Juárez como nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de esta ciudad (TSJ), el magistrado Edgar Elías Azar logró su objetivo de dejar dicho órgano en manos de uno de sus incondicionales y, sobre todo, de tener una salida tersa, sin turbulencias.
La votación alcanzada por el magistrado de la Octava Sala Civil y encargado de elaborar y defender la controversia constitucional interpuesta en la Suprema Corte de Justicia de la Nación contra los artículos 35 y 37 de la Constitución Política de la Ciudad de México dejó ver la división que priva en el tribunal: de los 78 magistrados presente, un tercio (20) no respaldó la candidatura de Pérez Juárez, es decir, se abstuvo.
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