CIUDAD DE MÉXICO (apro).– Un entorno externo desfavorable, una economía mexicana que se desacelera, reformas estructurales que aún no pintan y una política fiscal –responsabilidad de la Secretaría de Hacienda– que no se aplica en mantener finanzas públicas sanas que lleven a un marco macroeconómico realmente sólido, obligaron al Banco de México (Banxico) a bajar, por enésima vez, sus proyecciones de crecimiento económico para éste y el próximo año.
Al presentar este miércoles el informe trimestral de inflación, correspondiente al periodo abril-junio, el gobernador del banco central, Agustín Carstens, informó que la institución bajaba a un intervalo de 1.7% a 2.5% el crecimiento del PIB para 2016, desde un previo de entre 2% y 3%, y para 2017 a uno de 2% y 3%, desde el 2.3% a 3.3% anterior.
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