CIUDAD DE MEXICO (proceso).- La madrugada del domingo 12, el peso del Estado se dejó sentir en la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Ese día, el líder de la sección 22 de Oaxaca, Rubén Núñez, fue detenido y recluido en un penal federal bajo el delito de lavado de dinero a través del cobro de comisiones a proveedores con cargo a los maestros.
En tanto, líderes seccionales del oficialista Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), empresas creadas para triangular la comisión exigida a sus proveedores y aun los propios operadores del esquema financiero para ordeñar al magisterio, no han sido llamados a cuentas por el Servicio de Administración Tributario (SAT) y menos aún por la justicia penal federal.
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