CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Dicen que el peor enemigo de Andrés Manuel López Obrador es él mismo y muchos recuerdan aquella frase dedicada a Vicente Fox “¡Cállate chachalaca!” que le restó votos en 2006, o también: “¡Al diablo con las instituciones!” que le causó una gran animadversión en todos los sectores sociales, lo mismo que el cierre de la avenida Reforma por varios meses.
Muchos de sus detractores también recuerdan su poca apertura para escuchar en las dos contiendas pasadas que ocasionó su distanciamiento con gente importante como Carlos Monsivais, quien intentó darle algunas ideas para quitarse esa lápida que le endilgaron Felipe Calderón, empresarios, la ultraderecha y hasta la iglesia católica conservadora, de que era “un peligro para México”.
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