Peña, Meade y la corrupción

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Empiezo con una nota de leve optimismo. Cualquiera de los tres candidatos a la Presidencia que resulte ganador será, si no mejor, menos malo que el actual. Esa es la mínima esperanza de un pueblo estoico, acostumbrado a ir de mal en peor en los ciclos sexenales.

Hoy, el nivel de rechazo ciudadano al gobierno de Enrique Peña Nieto es el más alto de los últimos 20 años, 73% de desaprobación (Mitofsky, 23/IX/17). Ese es el principal y pesado fardo que carga José Antonio Meade. ¿Querrá y podrá deshacerse de él?



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